Un signo diacrítico
es un signo que indica cómo hay que pronunciar una
palabra. En español, por ejemplo, se pronuncia con más relieve
la penúltima sílaba si la palabra
termina en vocal, en n o en s y se pronuncia
la última sílaba si una palabra termina
en una consonante. Si la acentuación no sigue esta regla, hay que poner un acento y estos acentos son acentos diacríticos, porque indican cómo hay que pronunciar una palabra. Pero de
vez en cuando el acento sólo sirve para
distinguir entre homónimos. El té
por ejemplo es una bebida, pero te también
puede ser el acusativo (objeto directo) de la segunda
persona singular (te veo). Se podría discutir
si estos signos diacríticos realmente hacen
falta, porque no existen en la lengua hablada sin
que esto influya en la comprensión, y la lengua
hablada es el uso normal, mientras que la lengua escrita es la
excepción. Pero sea como fuere, existen acentos
que no tienen nada que ver con la pronunciación,
que sirven únicamente para distinguir entre
dos homónimos.