Para simplificar
las cosas se puede decir, que se usa una construcción
con infinitivo, cuando las dos acciones, la que
está descrita por el verbo conjugado y
la que está descrita por el infinitivo,
tienen el mismo ejecutor. Si se entra en detalles, la cosa se complica y de ahí surge la pregunta, ¿cómo memorizar todo esto? La respuesta es simple. No es ni posible
ni necesario. Analizar estructuras gramaticales
es útil para sensibilizarse por determinados
problemas y para conocer la estructura de una
lengua en sus rasgos generales. Si no conoce estos
rasgos generales, no será capaz de comenzar
una conversación, lo que es, obviamente,
crucial para el aprendizaje. Pero los detalles
no se aprenden memorizando miles y miles
de reglas gramaticales, sino aprendiendo estructuras
fijas y estas estructuras fijas se aprende inconscientemente
al usar una lengua, oyendo, leyendo, hablando.
El cerebro humano es habil para aprender
estructuras fijas, miles y miles, sin problema
alguno y inconcientemente, pero no es ningún
aparato optimizado para aprender reglas. Analizar
estructuras gramaticales sirve, porque de esta
manera se reflexiona sobre determinadas estructuras
y se las aprende automáticamente y de esta forma se será capaz de utilizarlas cuando ya caiga en olvido
la regla. Aprender algo es un proceso creativo.
Cada uno tiene que encontrar el método
que más le conviene. A algunos les conviene
leer novelas, a otros escuchar música y
otros tienen la suerte de poder hacer un intercambio
con un nativo. El análisis de las estructuras
gramaticales es útil para aprender los
rasgos generales y para sensibilizarse por los
detalles, pero a partir de un momento dado, se
aprende estructuras fijas y no reglas.